jueves, 7 de noviembre de 2013

Días ñublos.

No me gustan los días nublados. Las nubes hacen que todo se vea demasiado triste, oscuro y gris.
Solamente hay un momento en ellos que merece la pena.

Cuando los bordes de sus -aparentemente- delicadas figuras se iluminan. Es una luz brillante, casi mágica.
Siempre que ocurre me paro a observar la positividad del sol.

-Sigo estando aquí aunque no puedas verme -dice.

Cuántas cosas son capaces de ñublar nuestra sonrisa porque creemos que nos han abandonado.


Eme*

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